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2016 Petición de Oración | Dios mide nuestra fe | Conferencia sobre 1 Juan

 
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Title
   Amor Espiritual(15) - Amor Espiritual 15    
Speaker
   Rev. Jaerock Lee
Pasaje
   1 Corintios 13: 4 -5
Date
   2008-10-15



Lectura Bíblica

[1 Corintios 13: 4 -5]
"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor."

Amados Hermanos en Cristo y Estimado Público:
Esta es la prédica número 15 de la serie Amor Espiritual.
Hay un dicho coreano que dice: "Si lima o afila un hacha con paciencia, la convertirá en una aguja."Esto quiere decir que si tiene paciencia podrá lograr cualquier cosa, aun por difícil que parezca
¿Cuánto tiempo y esfuerzo se necesitaría para hacer de un hacha gruesa una aguja delgada y puntiaguda? Tal vez algunos dirían: "¿Cuánto cuesta una aguja? No sería mejor vender el hacha y con eso comprar muchas agujas. ¿Porqué tanto trabajo?"
Sin embargo, hay alguien que ha pasado todo este trabajo por usted, y ese es nuestro Dios y Padre. Dios continúa puliendo incluso a los que son más duros que el acero. Y aun cuando las probabilidades parecieran pocas, Él es paciente y espera hasta que la persona cambie.
Mateo 12:20 dice: "La caña cascada no quebrará, y el pabilo que humea no apagará, Hasta que saque a victoria el juicio"
Para hacer de cada uno de nosotros Sus verdaderos hijos, Dios nos tiene paciencia una y otra vez. Los que han llegado a ser Sus verdaderos hijos, entienden este corazón de Dios, y Lo aman con todo su corazón.
¿Cuánta gente sufre desgracias y luego blasfema contra Dios? Sin embargo, Dios ha soportado hasta ahora con amor todo eso. Y lo continuará haciendo hasta que el Señor regrese por segunda vez porque aun hay almas buenas que deben ser salvas.
Desde luego, algunas veces, en el camino de la fe, se nos presentarán dificultades, las cuales nos ayudarán a cambiar para llegar a ser verdaderos hijos de Dios.
Los animo a meditar en el amor de Dios, quien incondicionalmente espera por usted. Si piensa; se regocija y da gracias por ese amor, Dios le dará nuevas fuerzas.
Los exhorto a no rendirse a mitad del camino, sino más bien a continuar corriendo hasta finalizar la carrera de la fe en el reino de los cielos.
Oro en el nombre del Señor para que lleguen a tener este verdadero amor y así sean los preciosos frutos del amor de Dios.


Queridos Hermanos:
El Pasaje de hoy dice que el amor no guarda rencor. Ahora bien. ¿Qué es "el rencor"? El rencor es un sentimiento malo. Todo lo que no está de acuerdo a la voluntad de Dios es negativo.
Hoy, voy a compartir con mayor detalle lo que significa "no guardar rencor."
Sobre este punto, hay tres aspectos en general que vamos considerar. Espero que esto sirva para que cada uno se examine. Y si encuentra algo malo, lo insto a desecharlo.
Hermanos: Que pasaría si le digo: "Diácono, Líder, Hermano: ¿Por qué es usted tan malo? Se quedarían perplejos. Si usted es uno de los que piensa que vive de acuerdo a la Palabra, seguramente, se sorprendería y pensaría: ¿Por qué el Rev. me ha dicho que soy malo?
Por favor. Ahora que escuche este mensaje le pido que medite en sus actitudes y reacciones.
El primero de estos aspectos es cuando desea el mal a su prójimo. Creo y espero que no haya ninguno de esos entre ustedes. Ahora bien: Supongamos que usted sea el tercero en su clase y quiera ser el primero. ¿Desearía que algo malo le pasara a sus compañeros que ocupan el primero y el segundo puesto? Y si es un comerciante o un empresario. ¿Desearía que le fuera mal a su competidor?
Por ejemplo: Digamos que ha discutido con alguien. Y que llega a odiarlo de tal manera que en su mente piensa: "Cómo desearía que se vaya de viaje y que algo malo le pase." ¡Que mente tan mala! ¿Verdad? ¿Alguna vez ha tenido esta clase de pensamiento?
Del mismo modo, supongamos que no se lleva bien con su vecino, y que algo malo le sucede. Y en su mente dice: "Que bueno" o "Sabía que eso le sucedería"
Si tuviera verdadero amor, nunca pensaría así. Si algo malo le sucediera a su hijo o a algún ser querido suyo: ¿Acaso pensaría igual? NUNCA LO HARÍA. ¿Le gustaría que su esposa se enfermara o sufriera algún accidente?
Por el contrario, usted quisiera que su amada esposa o esposo estuviera siempre sano y libre de cualquier accidente. Si realmente ama a su familia, desearía que siempre estuviera protegida y sana.
Pero como no hay amor en nuestro corazón, deseamos que algo malo les pase a los demás, y nos alegramos de la desdicha ajena. También, queremos enterarnos de los pecados y fallas de otros para luego divulgarlos.
Hay gente así. Desean oír lo que otros dicen de ellos. Incluso tratan de oír
detrás de la puerta. ¿Por qué es eso? ¿Por qué les gusta escuchar lo que se está hablando de los demás? Les gusta porque quieren chismosear lo que escuchan. Porque tienen un corazón malvado que los lleva a murmurar las fallas o las debilidades de otros.
Pongamos un ejemplo: Digamos que ha ido a una reunión, y alguien ha hablado algo malo de otra persona. Si presta atención a esa conversación, entonces, debe examinar su corazón.
No debería escuchar los chismes que otros hablan. Si es un cristiano de verdad, procurará no oír ni enterarse de habladurías
Me pregunto: Si alguien calumniara de sus padres: ¿Le gustaría oír a esa persona? Claro que No. Lo callaría inmediatamente. Ni siquiera lo oiría. ¿Verdad? Más aún, le diría que no hablara mal de sus padres. ¿O se quedaría cruzado de brazos escuchando que insultan a sus padres?
Claro, hay momentos y casos en los que tiene que oír a otros porque necesita conocer la situación de una persona. Pero, normalmente, la gente tiende a enterarse de esas cosas porque tiene el deseo de calumniar y chismosear de otros. Si no tiene ese deseo, no oirá los chismes de otros, ni tratará de enterarse de esas cosas.
Proverbios 17:9 cita "El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo."
Los que tienen amor y bondad en su corazón no divulgarán la falta de otros. Aquel que cubre una falta, dice la cita, busca la amistad. Si en verdad ama a alguien, no divulgará su error. Pero si lo hace, y lo comenta con otros; entonces, estará apartando a los amigos.
Del mismo modo, si tenemos amor espiritual, no sentiremos celos ni envidias si a otros les va bien. Hay un dicho coreano que dice: "Si su primo se compra una casa, a usted le da dolor de estómago."
Si a su primo o a un vecino le va bien en su negocio: ¿Cómo se siente? ¿Se siente bien o mal? Si se siente mal, debe llorar de arrepentimiento y echar fuera la maldad que hay en usted.
Supongamos que tiene un salón de belleza. Y su vecina tiene otro. Ahora bien, a ella le va mejor que a usted. ¿Se sentiría mal por eso? Si lo hace, entonces, ya sabe por qué le va mal en su propio negocio. ¿Cómo podría Dios bendecirla? Usted debería alegrarse porque el negocio de su vecina prospera.
Más bien, debería tratar aprender de ella para mejorar su propio negocio. Sea el exterior: La fachada o la atención al público. En vez de sentir celos: ¿Por qué no trata de aprender lo bueno de la competencia? Si proporciona un buen servicio a sus clientes y mejora en otros aspectos: ¿Acaso Dios no la ayudará y la bendecirá?
Otro caso: Su primo compra un terreno. ¿No es eso algo bueno? Si usted quiere a su primo y él adquiere una propiedad, debería estar contento por ello.
Pero como no tenemos amor, sino más bien envidia, nos duele el estómago. No nos gusta el hecho que a otros les vaya mejor que a nosotros.
Sin embargo, si tuviéramos amor espiritual, desearíamos que otros fueran prósperos y queridos. La voluntad de nuestro Señor es que amemos incluso a nuestros enemigos.
Romanos 12:14 cita "Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis."
En vez de maldecir, mejor sería que bendijera a los que lo persiguen o molestan. Cuando su familia, sus padres, su cónyuge lo molesten, si no llega a bendecirlos ni a amarlos; es que todavía tiene maldad en su corazón. Si le pide a Dios que lo ayude: ¿Cree usted que Dios lo hará? ¿Cree usted que Dios responderá a sus oraciones, si no está viviendo conforme a la verdad? Dios dice que si ora con maldad, no escuchará sus oraciones. ¿Cómo cree que su oración será respondida si ora con una mala motivación?
Cuando algunas personas que oran así se me acercan, yo siempre les digo que primero deben santificarse y llegar al nivel del espíritu; y luego recibirán su respuesta. Sin embargo, alguno de ellos ni siquiera me responden con un amen. Me siento triste por ellos. ¡Qué bueno sería si respondieran al menos con un AMEN cuando les digo cómo resolver sus problemas!
Oro en el nombre del Señor para que su único anhelo sea que otros sean prosperados, y que pueda bendecirlos de corazón, aun cuando se comporten mal con usted, y de esa forma, reciba usted una mayor bendición.
El segundo aspecto es el juzgar y condenar a los demás. Por ejemplo, supongamos que usted ha visto entrar a un hermano a un lugar donde los cristianos no deberían ir. En ese momento: ¿Qué pensaría usted?
Diría acaso: "¿Cómo puede hacer eso?" Pensaría mal de ese hermano o hermana. O, se preguntaría: "¿Por qué ha entrado a ese lugar?" Y luego, cambiaría su mal pensamiento y diría que de seguro ha habido alguna razón para ello.
Sin embargo, si tuviera amor espiritual en su corazón, no tendría ningún mal pensamiento. Aun cuando oiga algo que no es bueno, no lo aceptará. En primer lugar, pensará de la mejor manera posible. Y hasta que confirme lo que en verdad pasó, no juzgará ni condenará a nadie.
Hasta que no haya averiguado todo, no juzgará ni condenará. Si ha escuchado algo que no ha debido escuchar, entonces: ARREPIENTASE.
¿Cómo reaccionarían los padres en la mayoría de los casos cuando oyen algo malo de sus hijos? No lo aceptarán fácilmente e insistirán en que sus hijos no pueden haber hecho tal cosa. Del mismo modo, si realmente ama a alguien, tratará de pensar de esa persona de la mejor manera posible. Sin embargo, hoy en día, vemos que la gente piensa y habla mal de los demás con mucha facilidad. Calumnian e incluso critican, y creen que eso es algo normal.
Y no sólo se presenta en las relaciones interpersonales, sino también en los que ejercen cargos públicos. Incluso entre los mismos creyentes, hay muchos que juzgan, condenan y critican fácilmente a otros. Ni siquiera procuran saber lo que en realidad sucedió. Ni se interesan en conocer la situación de los demás. Además, no juzgan conforme a la Palabra de Dios, sino de acuerdo a su propio criterio. Pero ¿Cuál es la voluntad de Dios?
Santiago 4:12 dice "Uno sólo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?"
Dios nos dice que no debemos juzgar a nuestro prójimo. Un ejemplo: Supongamos que alguien hizo algo evidentemente malo. En ese caso, para el que tiene amor espiritual, no es realmente importante si lo que hizo fue o no correcto. Sólo pensará en como ayudar a esa persona. Únicamente deseará que su alma sea salva y que se reconcilie con Dios.
Proverbios 10:12 menciona "El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas." Desde luego, mientras más perfecto sea el amor, no sólo cubrirá las faltas, sino también ayudará a que la otra persona se arrepienta.
También, debemos estar preparados para enseñar la verdad y llegar al corazón de los demás para que así puedan ir por el camino correcto y vivir una vida en victoria.
Si tenemos ese perfecto amor espiritual, no debería costarnos ver a los demás con bondad. En forma natural y espontánea deberíamos amar incluso al que ha cometido muchas faltas. Deberíamos de animarlo y confiar en él. Si no tenemos el deseo de juzgar ni de condenar a los demás, nos sentiremos contentos de estar con cualquier persona.
Como no juzga ni condena, aun si alguien hace algo malo, no pensará mal de esa persona. No se molestará ni se incomodará si alguien habla mal de usted. Ni siquiera pensará en ello. Podrá entender a los demás sólo si tiene amor en su corazón.
Oro en el nombre del Señor para que lleguen a este amor espiritual, y así, puedan disfrutar cada día del gozo de tener el reino de los cielos en su corazón.
El tercer aspecto se refiere a todo pensamiento o argumento que no está de acuerdo a la voluntad de Dios. Cualquier cosa que esté en contra de la voluntad o de la Palabra de Dios es maldad. No sólo es malo pensar negativamente de otros, sino también lo es todo argumento que esté en contra de la voluntad de Dios.
En el mundo, la gente que vive según su conciencia de acuerdo a la moral de la sociedad, cree vivir una vida correcta. Sin embargo, hay muchas cosas incluso en la moral y en la conciencia del ser humano que van en contra de la Palabra de Dios. Es más, algunas de ellas están completamente opuestas a la voluntad de Dios.
Sólo la Palabra de Dios es la norma y el modelo perfecto y absoluto de bondad. Dios es bueno. Dios es la plenitud del amor y de la bondad. Por ello, la ley y la verdad que Dios ha establecido es el modelo y la norma perfecta para medir el nivel de bondad.
Tal como dice la primera parte de Hebreos 12:1. Que cita "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos..."

Hay muchos que testifican de este hecho. Mucha gente testifica de las bendiciones que reciben y de los buenos frutos que ven en su vida cuando viven por la Palabra de Dios.
Asímismo, todo criterio o concepto que no esté de acuerdo a la voluntad de Dios, que es la norma absoluta de bondad, es maldad y es pecado. Todo pecado es desobediencia a la ley; es decir, es una violación a la ley de Dios.
1 Juan 3:4 dice "Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley."
Estimado Público:
En este punto: Explicaré, en forma un poco más detallada, sobre el pecado y la maldad.
Si entiende correctamente estos conceptos espirituales, les serán de gran ayuda para alcanzar la santidad. No importa cuanto tiempo ha sido cristiano, si nadie le ha explicado estos principios espirituales, no podrá entender la Biblia sin importar las veces que la haya leído.
El pecado y la maldad provienen de la falsedad, por tanto, son contrarios a la Palabra de Dios, que es la verdad. Ambos provienen de la oscuridad, que es lo opuesto a Dios, quien es luz.
El pecado y la maldad son diferentes. Si los comparamos con un árbol. La "maldad" es como la raíz que no es visible porque está bajo tierra, y el "pecado" es como las ramas, las hojas y los frutos.
Un árbol existe gracias a su raíz. Sin la raíz, jamás tendría ramas, hojas ni frutos. Del mismo modo, el pecado es la manifestación exterior de la maldad. Cuando un hombre tiene maldad, entonces peca.
Es decir; el pecado se hace evidente cuando hay maldad. La maldad es la raíz. Y como esta raíz se encuentra bajo tierra, no es visible. Por eso, la maldad no se puede ver en forma natural. Sin embargo, el pecado, SI ES VISIBLE; esto es: Se puede ver porque es la manifestación externa de esa maldad. El ser humano peca porque tiene maldad. Por eso, si no tuviera maldad, no debería de pecar. ¿Verdad? No haría nada indebido. Obedecería las normas y leyes de su país para no ser multado ni penalizado.
El corazón tiene maldad por naturaleza. Y esa naturaleza está en contra de la bondad, del amor, y de la verdad de Dios. Cuando esa maldad se manifiesta en forma concreta y real, a eso se le llama pecado.
Lucas 6:45 cita "El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca."
El hombre malvado saca lo malo de la maldad acumulada en su corazón. Y mientras más maldad haya acumulado, mayor maldad sacará de él. El hombre malvado hablará y hará cosas malvadas.
Digamos que alguien a propósito le dice algo a otra persona a quien odia sólo para herirlo. Lo hace así porque la maldad que hay en su corazón se exterioriza en forma de "odio" y de "malas palabras", que son pecados específicos.
Un hombre bueno jamás dirá algo que pueda herir a alguien. Sólo dirá cosas buenas y no dañará a otros porque no tendrá la mínima intención de hacerlo.
Maldad también es cualquier idea o argumento que se levanta contra de Dios.
Por ejemplo, cuando vemos que alguien peca, decimos que es algo malo. Y cuando no peca, pero tiene el deseo de pecar, también decimos que es algo malo. Cuando dicha maldad se manifiesta de forma específica, es pecado. Pecado es violar la ley de Dios. Por eso decimos que es desobediencia a Dios.
Por ejemplo, la Palabra de Dios nos dice que debemos de amar, pero si odiamos, estamos cometiendo el pecado llamado "odio." Otro caso: Dios nos dice que guardemos santo todo el día domingo para el Señor. Sin embargo, si no lo hacemos, eso también es pecado. Y como es un mandamiento muy importante para Dios, si no lo cumple, esta pecando.
Asímismo, la Palabra de Dios, que es un mandato, señala lo que es pecado. Por eso, en base a la Palabra de Dios, es decir; a los mandamientos; el pecado puede ser categorizado en: Las cosas específicas de la carne; y las obras de la carne como: Envidia, celo, adulterio, etc. Todo esto se menciona en los 66 libros de la Biblia.
No obstante, aun cuando alguien tenga maldad en su corazón, no necesariamente pecará. Si se despoja en cierto grado de la maldad, no pecará aun teniendo algo de maldad en su corazón. En ese momento, tal vez pueda estar satisfecho considerando el nivel que ha alcanzado de santidad.
Pero para llegar a una total santidad, tenemos que despojarnos de esa naturaleza pecaminosa en el interior de nuestro corazón e incluso de la maldad que hemos venido acumulando desde nuestro nacimiento.
Hermanos: Dios es perfecto; y no tiene mancha ni defecto. Por eso, aunque no pequemos, cualquier cosa que no sea perfecta en nosotros es, ante Dios, una forma de maldad.
Por ello, 1 Tesalonicenses 5:22 dice "... absteneos de toda especie de mal."
Sólo cuando desechamos completamente toda forma de maldad y llegamos al espíritu y al espíritu perfecto, podremos decir que estamos completamente santificados.
Hermanos: Sobre todas las cosas, Dios es amor.
Básicamente, los mandamientos de Dios se resumen en "Tener Amor". 1 Juan 3:23 cita "Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado." Hermanos: Fíjense: El mandamiento es que debe creer en el nombre de Su Hijo Jesucristo. Esto no quiere decir que debe creer sólo en el nombre. Eso sería fe como simple conocimiento. Debe creer en su corazón. Luego, podrá cumplir y obedecer Su mandamiento. Eso es FE. Por eso, debe creer en el nombre de Jesucristo y luego -tal como lo menciona el versículo- podrá amar a su prójimo. Incluso amará a su enemigo. Y si lo hace, podrá cumplir todos los mandamientos de los 66 libros de la Biblia. Díganme Hermanos: ¿Qué mandamiento no puede obedecer? Todos los mandamientos se resumen en: Tener Amor.
Romanos 13:10 señala "El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor."
Si tiene amor, no obrará con maldad. No hará nada malo a nadie. ¿Por qué? Simplemente porque tiene amor. Por eso, la Palabra dice que el cumplimiento de la ley es el amor. Si tiene esta clase de amor, podrá cumplir todos los mandamientos de los 66 libros de la Biblia.
No amar es desobedecer a Dios, y por lo tanto, es algo malo. Así que, para saber si tenemos rencor, debemos saber cuánto amor hay en nosotros. En la medida en que amamos a Dios y a otras almas, no guardaremos rencor.
Estimado Público:
¿Cómo podemos despojarnos de la maldad que hay en nosotros? Para desechar esa maldad, no debemos pensar en cosas malas.
Es muy fácil. ¿Cierto? Pero que sucede si viene a su mente ese mal pensamiento aun cuando procure no pensar en ello. ¿No es eso lo que ha experimentado cuando ha estado en el 1er y 2do nivel de fe? Mientras más trate de no pensar en ello, más vendrá a su mente. Y eso lo incomoda cada vez más. ¿Verdad?
Tampoco debemos ver ni oír nada malo.
Les cuento algo: Un nuevo creyente se me acercó y me preguntó: "Rev. ¿Qué debo hacer en esta situación? Cada vez que procuro no tener malos pensamientos, me vienen más a la mente."

Amado Hermano: Usted puede evitar ver cosas malas. ¿O No? Puede hacerlo. ¿Cierto? Tal vez le resulte difícil no pensar en ellas. Pero puede dejar de verlas. Y también puede dejar de oírlas y de repetirlas. Y eso lo puede hacer porque tiene LIBRE ALBEDRÍO o VOLUNTAD PROPIA PARA ELEGIR. Usted, mi hermano, puede -si se propone- controlar sus pensamientos. Lo puede hacer controlando lo que ve, oye y habla.
Aun si vemos u oímos algo malo, debemos tratar de olvidarlo y no pensar en ello otra vez. Debemos procurar olvidarlo. Por supuesto, nunca debemos intencionalmente pensar en eso ni recordarlo. Más aun, debemos desechar incluso los pensamientos que por momentos vienen a nuestra mente.
2 Juan 1:10 cita "Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras. "
Dios nos aconseja evitar la maldad y no aceptarla. Es porque alguien que vive en la carne puede ser fácilmente influenciado por la maldad. El ser humano hereda la naturaleza pecaminosa de sus padres. Y mientras vive en este mundo, está en permanente contacto con la mentira y falsedad. Y en base a esa naturaleza pecaminosa y a esas falsedades, la persona desarrolla su carácter o su "Ego".
La vida cristiana consiste en desechar esa naturaleza pecaminosa y esas falsedades a partir del momento en que acepta al Señor.
Vivir una vida cristiana, no solo es ir a la Iglesia, diezmar y alabar en los servicios. Lo más importante es despojarse de su naturaleza pecaminosa, de la mentira y de la falsedad: Esa es la vida cristiana. Escuchar la Palabra de Dios, comprender Su voluntad, despojarse de lo que precisa despojarse y hacer lo que debe hacer. ESTA ES-REPITO-LA VIDA CRISTIANA.
Para desechar esa naturaleza pecaminosa y esa falsedad, necesitamos mucha paciencia y una gran dosis de esfuerzo. Como estamos viviendo en este mundo, estamos más familiarizados con la mentira que con la verdad, y con las cosas de la carne más que con las del espíritu.
Por eso, es relativamente más fácil aceptar la falsedad y hacerla nuestra que echarla fuera de nuestro corazón. Por ejemplo, es fácil manchar con tinta negra un vestido blanco, pero es muy difícil sacar esa mancha y hacer que el vestido vuelva a tener otra vez su color blanco original. De igual forma, aun cuando algo malo se vea muy pequeño, en un momento podrá crecer y convertirse en algo muy grande.
Tal como cita Gálatas 5:9 "Un poco de levadura leuda toda la masa." Un poco de maldad puede expandirse a toda la iglesia. Por eso, tenemos que ser muy cuidadosos aun cuando se trate de algo que consideramos como una pequeña maldad.
Ahora bien: Para no pensar en la maldad, y desecharla completamente, debemos aborrecerla.
La primera parte del Salmo 97:10 señala "Los que amáis a Jehová, aborreced el mal..." Si ama a Dios, de seguro odiará el mal. Se despojará de lo que Dios le dice que debe despojarse. Y hará lo que Dios le dice que debe hacer.
Proverbios 8:13 primera parte cita "El temor de Jehová es aborrecer el mal..." Debe tener temor de Dios y si lo tiene, entonces, con toda seguridad, odiará el mal. Solo podrá despojarse de la maldad, cuando odie el mal.
Si ama a alguien apasionadamente, le gustará lo que a esa persona le gusta y evitará lo que no le gusta.
Digamos que hay una pareja de esposos que se aman mucho. Incluso después de años de matrimonio su amor no ha cambiado. No pueden vivir el uno sin el otro y siempre están de acuerdo. Ahora bien: Supongamos que al esposo le guste la comida con un poco de sal y a ella NO. ¿Qué creen que haría la esposa? ¿Creen que ella insistiría en imponerle su gusto a su esposo? ¿Creen que le diría?: "La sal es mala para ti. No comas más sal en las comidas." Claro que no lo haría porque ama a su esposo
Ella lo complacería cocinándole lo que más le gusta, como a él más le gusta. Aun cuando a ella no le guste la comida con sal, como a su esposo si le agrada, ella también la comerá. Ahora bien: Esposas presten atención: Como el esposo ama mucho a su esposa, se sacrificará por ella y dirá: "Aun cuando me gusta la comida con sal, para complacer a mi esposa, la comeré sin sal como a ella le agrada." Así se someterán el uno al otro: En amor y voluntariamente. Si realmente se aman, llegarán a ser un solo corazón. No habrá peleas ni discusiones.
Los esposos deben ser diferentes. Si son iguales no les irá bien en el matrimonio. Supongamos que ambos son callados, entonces, no hablarán ni media palabra luego de regresar del trabajo. Una diaconisa me contó que su esposo es tan introvertido que parece mudo: No habla nada. Luego de casarse, se acabo la conversación con su esposa e incluso con sus hijos. Sólo les habla cuando está borracho. Y como está tan borracho nadie le entiende nada. Para ese esposo: Sin trago no hay conversación.
Otro caso: Digamos que el esposo y la esposa son un poco bruscos o toscos. Entonces, en cualquier momento se arma la pelea.
Con esto quiero decir que si tienen el mismo carácter, entonces, tendrán conflictos. Ambos, hombre y mujer deben buscar una pareja con diferente carácter al propio. Y de esa manera comenzar a cambiar para hacer feliz a su cónyuge. Esa es la idea. Ahora bien: Si ambos son mansos y gentiles, eso será mucho mejor porque ambos tienen un carácter transparente y bueno. Pero si el esposo obliga a su esposa a ser obediente; la esposa le dirá: "Si me amas, déjame hacer lo que quiero."
Si ama a alguien, usted amará lo que esa persona ama y odiará lo que esa persona odia. Por ello, como usted dice que ama a Dios, entonces, debe guardar y obedecer Su Palabra.
Cuando los hijos de Dios, que han recibido el Espíritu Santo, pecan, el Espíritu Santo gime de tristeza en ellos, y por eso su corazón se aflige. Entonces, se dan cuenta que Dios aborrece lo que han hecho, y procuran no pecar otra vez.
Asimismo, como aman a Dios, desean asemejarse completamente a Él. Y así se esfuerzan por desechar aun la más pequeña forma de maldad y no aceptar ninguna más.
Hermanos: La maldad es algo inútil. Proverbios 22:8 dice "El que sembrare iniquidad, iniquidad segará."
Es decir: Aquel que siembra maldad, cosechará maldad. Escuche Hermano: El resultado de la maldad es MALDAD: Esto es: Pruebas, aflicciones, desgracias, accidentes, etc. Y todo le irá mal en su negocio y trabajo.
Tal como dice este pasaje, si siembran maldad, cosecharán problemas. Ustedes y sus hijos padecerán enfermedades y accidentes. Vivirán tristes debido a la pobreza y a problemas familiares. Todo ello es consecuencia de la maldad. Y es producto de una ley espiritual.
Tal como cita Gálatas 6:7 que dice: "No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Desde luego, los problemas no vendrán inmediatamente. Pero luego que la maldad llega a cierto nivel, afectará incluso a nuestros hijos. Como la gente del mundo no entiende este principio, viven obrando con maldad en todo. Por ejemplo, consideran como algo normal vengarse del que los perjudica.
Pero Proverbios 20:22 cita "No digas: "Yo me vengaré"; Espera a Jehová, y él te salvará."
No debe pagar mal por mal. No debe vengarse de su enemigo. ¿Cómo se siente ahora que ha escuchado esto? ¿Se siente incómodo? Por cierto, el hombre que está en el espíritu no se sentirá molesto. Pero muchos de ustedes se sienten así. Cuando alguien les hace algo malo, procuran vengarse y pagar mal por mal. Sin embargo, Dios les dice que no deben vengarse, sino que esperen y dependan del Señor. Sólo entonces, Dios los salvará. En otras palabras: Él se encargará del asunto.
Dios, de acuerdo a Su justicia, determina la vida y la muerte, la dicha y la desgracia en la historia del ser humano. Por ello, si hacemos lo correcto conforme a la Palabra de Dios, definitivamente cosecharemos frutos de bondad.
Tal como lo promete el pasaje en Éxodo 20:6, que cita "...pero hago misericordia a millares, a los que Me aman y guardan Mis mandamientos." Los animo a atesorar bondad en su vida diaria, para que así siempre tengan salud, sean bendecidos financieramente, vivan con la esperanza por el reino de los cielos, y tengan paz y gozo. Hermanos: Para desechar la maldad y mantenernos limpios de ella, debemos aborrecerla completamente. Por favor: Graben esto en su mente. DEBEN ODIAR EL MAL
Y además, debemos tener todo el tiempo dos cosas presentes: Estas son: La Palabra de Dios y la oración.
Sin la Palabra y la oración; es inútil. Su alma no prosperará. No podrá nacer en el espíritu. La Palabra y la oración deben estar siempre presentes.
Cuando meditamos de día y de noche en la Palabra de Dios, podremos echar fuera los malos pensamientos y reemplazarlos por pensamientos buenos y espirituales. Podremos entender lo que es el verdadero amor.
También, cuando oramos, reflexionamos más profundamente en la Palabra, y así, podemos darnos cuenta de la maldad que hay en nuestros hechos y en nuestras palabras.Si oramos fervientemente con la ayuda del Espíritu Santo, llegaremos a gobernar nuestro corazón y a limpiarlo de toda maldad.
Oro en el nombre del Señor para que todos echen fuera la maldad de su corazón por la Palabra de Dios y la oración, y así, sus pensamientos y sus palabras sean llenos sólo de amor.
Amados Hermanos en Cristo y Estimado Público:
1 Pedro 4:8 cita "Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; (El amor es bueno. Pero NO DEBE SER AMOR CARNAL SINO AMOR ESPIRITUAL. Continúa el versículo) porque el amor cubrirá multitud de pecados. Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones."
¿Qué problemas tiene en su vida? La clave para solucionar todo problema es "El Amor."Espero que puedan amar a Dios y a las personas que los rodean.
A usted pastor, líder: Se la ha dado la gran responsabilidad de guiar a las ovejas al cielo. Debe tratarlas con amor. Si no tiene amor, no las irá a ver. Incluso, si no vienen a la Iglesia, no le importará. Y si, por ejemplo, las va a visitar, y no lo tratan bien y le dicen: "Por favor: No venga a mi casa" O "Yo ya soy cristiano. No necesita venir a verme." Cuando- repito- lo tratan mal o en forma brusca, si se molesta y no los vuelve a visitar, es porque no tiene amor. Debe volver a buscarlos, orar por ellos, y entenderlos con amor.
Cuando amamos en primer lugar a nuestros hermanos y perdonamos sus ofensas, Dios también perdonará nuestros pecados y solucionará los problemas que han provocado nuestros pecados.
Ustedes ya saben lo que es el amor y lo que es amar. Los animo a partir de ahora a amar con mayor entrega. Oro en el nombre del Señor, para que cada día se acerquen más a la paz y a la bendición que el Dios de amor les da la oportunidad de recibir.

AMEN

 
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